A medida que ha ido avanzando la crisis financiera se ha extendido la idea de que las mujeres la han resistido mejor que los hombres porque se han perdido más empleos masculinos que femeninos. Este libro demuestra que ésta es una manera equivocada de ver las cosas como consecuencia de tomar en consideración nada más que un aspecto de los muchos que producen desigualdad y discriminación entre mujeres y hombres. Para ello se pone de relieve que existen diferencias entre ambos, como el menor salario que cobran cuando ocupan el mismo empleo o en el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, que no responden a sus posibles diferencias "naturales", sexuales o biológicas, sino a diferencias llamadas de género porque nacen de estereotipos, valores, prejuicios, culturas e instituciones, y sobre todo de un reparto desigual del poder entre hombres y mujeres...leer más
Fuente: Femiteca ( Lina Gálvez Muñoz)
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